2 cucharadas de levadura de cerveza
¼ taza de leche tibia
½ cucharadita de azúcar
4 yemas
2 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de manteca derretida
1 cucharadita de sal
3 tazas de harina
Leche tibia cantidad necesaria
Manteca blanda 200 gramos
Varios:
1huevo batido
2 cucharadas de leche
Manteca derretida para untar
Preparación:
Disolver la levadura de cerveza en ¼ taza de leche tibia junto con ½ cucharadita de azúcar. Dejar en sitio tibio hasta que la levadura fermente. Colocar en un bol la harina y hacer un hueco en el centro. Colocar en él las yemas, las dos cucharadas de azúcar, la sal, la manteca derretida y la levadura fermentada. Unir todos los ingredientes agregando de a poco la leche tibia necesaria como para formar un bollo. Volcar el bollo sobre la mesa y amasar enérgicamente para airearlo y lograr que tome elasticidad. Colocarlo en una bolsa plástica y dejarlo descansar una hora en la heladera.
Retirar la masa de la heladera y estirarla en forma rectangular, dejándola de 1/2 centímetro de espesor. Untar la masa con la mitad de la manteca blanda. Levantar los extremos y doblarlos sobre la manteca, tapándola y haciendo coincidir los bordes con el centro. Volver a doblar la masa como si cerrara un libro a fin de que los dobleces se encimen y formen cuatro capas. Envolver la masa en polietileno y dejarla descansar ½ hora más en la heladera. Retirarla y estirar nuevamente de forma rectangular dejándola de ½ cm. de espesor.
Repetir la operación anterior, cubriéndola con el resto de la manteca y doblándola igual, envolver en polietileno y llevar otra media hora a la heladera. Retirar, estirarla bien fina y de forma rectangular, cortar en cuadrados y dividirlos en dos triángulos cada uno. Pintar cada triángulo con manteca derretida y arrollarlos desde la base hacia el vértice.
Colocar los rollitos en placas enmantecadas y enharinadas, espaciados entre sí y arqueándolos un poco para darles forma de medialuna. Pintar la parte superior de cada una con el huevo batido con leche, dejarlas orear. Taparlas con un repasador y ponerlas en un sitio tibio para que dupliquen su volumen. Llevar a horno fuerte hasta que crezcan, luego bajar un poco la temperatura y dejar que se doren y se vayan poniendo crocantes.
























